2020 marca el lanzamiento de los soldaditos de estaño de Antiguo Taller como unos de sus primeros productos de línea. Son un testimonio de la curiosidad y creatividad del diseñador Mr. Sandovalis, la inspiración de estos productos surge cuando el diseñador pasaba las tardes de su infancia jugando y pintando sus regimientos de soldaditos y así como el tiempo invertido en vacaciones en la biblioteca leyendo sobre la guerra de castas, lo que propicio su imaginación en la recreación histórica de encuentros épicos de la historia de Yucatán. Algunos de nuestros soldados miniatura autografiados, tienen una producción limitada y por lo tanto se agotarán rápidamente, si vez algo que te guste, ¡tómalo rápido!
SOLDADITOS DE ESTAÑO DEL ANTIGUO TALLER®
"SIEMPRE ME HA INTERESADO LA HISTORIA Y EL PATRIOTISMO: CADA PIEZA DE NUESTROS SOLDADITOS DEBE ESTAR BIEN DOCUMENTADA Y SER UN FIEL REFLEJO DE LOS UNIFORMES DE ÉPOCA".
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Abastecimiento ético
Estamos realizado esfuerzos continuos para obtener de manera responsable los materiales como el estaño puro que utilizamos en nuestras piezas.
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La batalla perdida de
Santa Anna
Es impensable hablar del Antiguo Taller sin hablar de
Santa Anna en Yucatán, y viceversa
Xcuyún es un pueblo donde estuvo el Antiguo Taller de costales de henequén de la hacienda, con acceso a los antiguos caminos a Nolo, Motul, Conkal, Tixpéhual, Tixcocob y otras haciendas, que en otros tiempos estuvo plagado del verde de las plantaciones de henequén, ahora casi inexistentes. Es un lugar de tierra curtida de piedras de laja y bagaceras donde florece el Agave Siciliana y flores silvestres. Es aquí donde hace más 170 años a los alrededores hizo su entrada el ejército de Santa Anna al mando de Matías de la Peña Barragán con 10,000 hombres, como narra Pastor Gamboa (Taracena, 2015) y los dueños de la hacienda Xcuyún protagonizan actos de bondad universal producto de la bonanza de sus nobles labores en su afortunado Taller. (Relación del General Peña, 1843).
Historia de una ofensiva épica
Era el 9 de abril de 1843 cuando las fuerzas federales de Matías de la Peña Barragán, desafiaron a las tropas de la naciente República de Yucatán en Tixkokob. Si los federales hubieran vencido en la contienda final, nuestros ancestros hubieran sido presos o fusilados y no habrían difundido su destreza, perdiéndose de este modo nuestro legado familiar en la orfebrería y entre otras artes y oficios.
Al día siguiente el 10 de abril desde las 10:00 am, se abrieron las hostilidades del ejército yucateco al mando del Coronel López de Llergo contra las tropas enviadas por Antonio López de Santa Anna, en los caminos de Nolo a Tixcocob, en este encuentro las tropas yucatecas se repliegan a Nolo a enterrar a sus muertos y se retiran por el camino que va a Mérida pasando por Xcuyún. En Mérida se dispone una línea de defensa que levanto el ingeniero militar D. Santiago Nigra de San Martín, y por medio de estrategia militar sin detonar una sola bala los yucatecos logran que el ejército invasor que vino a reincorporar Yucatán al resto de la república mexicana, se rinda y pida capitular por medio de los tratados de Tixpéhual (24 de abril) y Dzemul (9 de mayo). (Lanz, 1905)
Mientras el ejército invasor estaba esperando que vinieran a auxiliarlo por sus buques en Telchac, la familia de Bruna Galera de Cáceres desde su hacienda Xcuyún les envía víveres para su alimentación ya que las tropas capituladas se encontraban en la ruina y el abandono total, prácticamente muriendo de inanición y sed. Este hecho patriótico y de caridad hizo que la industria y las artes en Yucatán se conservaran. (Lanz, 1905).
La obra maestra perdida de nuestro origen
Cuando el ejército de Santa Anna con sus uniformes glamurosos y armas relucientes invade Yucatán, el gobernador encargado del Estado Miguel Barbachano y Tarrazo llama a todos sus ciudadanos por medio de decretos, para que en los pueblos se armen milicias y guerrillas de voluntarios para defender Yucatán. Es así como en Panabá se integra un grupo de milicias de 220 lanceros bajo el mando de Vicente Méndez (Taracena, 2015), que salen a hostilizar al enemigo uniéndose a las guerrillas de Corl. Pastor Gamboa de Loche que cubrían el camino a Mérida. Cuenta la leyenda familiar que el único orfebre y forjador del pueblo de Panabá en ese entonces era Ermenegildo Valdez (padre del orfebre Toribio Valdez), él se encargo de prestar sus fuelles para avivar el fuego de la fragua, que forjo las 100 lanzas de Panabá (Taracena, 2015) o incluso pudo hasta participar en su forja para que los guerrilleros y voluntarios puedan ir a la batalla a hostigar al enemigo.
De este hecho de tradición oral solo sobreviven cartas manuscritas de comunicados que se conservan en el Archivo General del Estado de Yucatán sobre la formación de la compañía suelta de lanceros de Panabá del 4 de abril de 1843 y la solicitud de forjar 100 lanzas en el pueblo.
Dado el vínculo entre nuestros orígenes en Panabá como descendientes del orfebre Toribio Valdez que ejercio su oficio entre Kikil y Panabá cuando se armaron los regimientos de lanceros en 1843, era necesario para nosotros crear una firma que conjugue esta tradición de orfebrería y patriotismo en honor a la batalla del 10 de abril de 1843, que aun a más de 170 años después aún destella interés y admiración,
Don Felix María Valdez nieto de Ermenegildo Valdez falleció en 1953 y la historia familiar debería haber terminado allí de no ser por su bisnieto el diseñador y recién graduado en orfebrería artesanal Mr. Sandovalis, amante de la historia, los procesos artesanales y los soldaditos de juguete o militaría, vio una oportunidad para revivir y continuar su pasión y herencia ancestral de aquellos años gloriosos, mismos que abrieron el camino para ir creando y rescatando más productos de artes y oficios del siglo XIX que revaloran nuestra tradición como artesanos de Yucatán.
Así inicio con la adquisicion de nuevos activos de bienes culturales como unos moldes de época, maquinas, proveedores, hasta dirigir un equipo de artesanos para dar un nuevo impulso a las figuras de estaño de fabricación local del Antiguo Taller, donde cada figura se vacía una a una, se pintan cuidadosamente a mano utilizando procesos artesanales. Este aspecto tradicional hace que ninguna figura sea igual a otra por lo que cada una de ellas es una pieza original.