Movimientos, sabiduría y coordinación como en un juego de ajedrez, la esgrima es el arte del manejo y defensa con la espada, la esgrima tiene una larga historia, desde los albores de las civilizaciones, hasta practicarse como una ciencia en el renacimiento español, después se propaga a Italia y Francia paralelamente, perfeccionándose al grado que se escribieron los primeros tratados para dominar todas sus técnicas, muchos de estos tratados se dedicaron a la nobleza para enseñar a los príncipes y grandes de España, después de la prohibición de los duelos, durante el primer tercio del siglo XIX pasaría de ser un arte practicado por la nobleza a ser un deporte para las clases acomodadas que continuaron trasmitiendo sus conocimientos y técnicas hasta formar clubs deportivos encabezados por grandes maestros de armas de origen europeo como Luis Princevalle que en 1841 llego a Mérida a enseñar la esgrima a los yucatecos

Después con el auge del henequén llegaron nuevos maestros de esgrima francesa a Mérida como Eugene Linot 1900 y Juan Leslabay 1908. La esgrima formo parte de las olimpiadas desde su Fundación en 1896 por el barón Pierre de Coubertin que era un gran esgrimista. Emocionante y atemporal la esgrima sigue sorprendiendo con sus asaltos y exhibiciones practicado en los clubs más exclusivos y antiguos del mundo. La esgrima es un deporte de alto código de honor, el respeto hacia el contrincante, la precisión del toque del arma y una costumbre que viene de la aristocracia, sinónimo de elegancia y tradición histórica, que aún hoy se práctica en Yucatán en su modalidad de esgrima olímpica y desde el 2018 gracias al mecenazgo y patrocinio de Sandovalis y la Orden HBE se introducen la esgrima histórica o HEMA al Estado de Yucatán, y desde ese año se continua practicando con el apoyo de los primeros esgrimistas, instructores en iniciacion deportiva al HEMA en espada rapier, José Miguel Sandoval, Tere Pool y Manuel Lara, este ultimo fundador y maestro de armas desde el año 2000 de la esgrima deportiva universitaria en la UADY (Universidad Autónoma de Yucatán ), en sus tres armas (espada, florete y sable).

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Con la falta de equipo para la practica de la esgrima histórica en Yucatán, Antiguo Taller tomo la iniciativa de diseñar y elaborar espadas para esgrima rescatando el antiguo arte de la forja que en Yucatán data desde los inicios de la época colonial, ya durante la guerra con México en 1843, muchos municipios se tornaron a forjar machetes para campaña, que eran utilizados por los regimientos de macheteros mayas a quienes llamaban ligeros que salían del oriente y sur de Yucatán a combatir a los mexicanos, después del acontecimiento militar estos centros de forja se dedicaron a realizar herramientas para el campo conservando este invaluable oficio vivo, algunos forjadores alcanzaron mucho renombre que inclusive enviaron a exponer sus piezas de acero templado a La Exposición Mundial Colombina, llamada oficialmente Feria Mundial, o Exposición Universal de Chicago 1893, entre ellos destacan de Motul Manuel Barrera y de Sotuta Don Cecilio Cardós.

A través de investigaciones logramos realizar un trabajo técnico que permitió continuar el método de forja que se usó durante la guerra de castas, se recurrió a pinturas y dibujos anónimos del siglo XIX de los museos de Dzibilchaltún y el Museo de Historia de la ciudad de Mérida, así como a piezas sobrevivientes de la época en Tihosuco y Chenche de las Torres, para hacer un análisis en forma del acero del machete de los mayas, con esos resultados acudimos a los únicos artesanos que aun dominan el tradicional oficio de la forja de machetes a la antigua, en el municipio de Ticul con el maestro forjador Francisco alias el Árabe, Migel Molina y en Hunucmá con Don Severo con quienes logramos reproducir el excelente acero templado de los mayas de Yucatán, también colaboramos con el maestro fundidor Don Juan Aguilar y el herrero Jesús Trejo que dan vida a las guardas que diseñamos y por último los artesanos de Dzitya Esteban e Irene y en Mérida con Jorge Medina que dotaron de un buen agarre a las empuñaduras con maderas tropicales locales. Nuestras espadas para la práctica de esgrima segura (sin filo y sin punta) recrean en espíritu el temple de la raza MAYA decimonónica.